lunes, 15 de septiembre de 2014

Alfil blanco, peón negro. Alonso Holguín F.J.




Autor: Alonso Holguín F.J.

Editorial: Atlantis (Serie Premium)

PVP: 22,00 €

Páginas: 496

Encuadernación: tapa blanda con solapas







Sinopsis

Pablo es un agente de la Guardia Civil ya retirado y junto a su antiguo alumno y subalterno, Markel, trabaja en una peculiar empresa cuyos dos únicos empleados son ellos, dedicada a la eliminación de todo tipo de individuos indeseables por encargo de sus “hermanos” de la Guardia Civil.

Mientras que Pablo se ocupa de realizar las tareas burocráticas, contables y análisis de la información así como del contacto con los clientes, Markel es el agente de campo. Él es quien hace el seguimiento del objetivo, recopila la información para que sea analizada por “el maestro” y finalmente ejecuta el encargo, es decir, elimina al objetivo.

La relación entre ambos es, aparte de la que pudiera haber entre un maestro y su alumno o entre un superior y su subalterno, como la de padre e hijo. Markel se retiró del servicio por jubilación anticipada a causa de problemas psicológicos, aunque estos no han limitado su capacidad para enfrentarse a cualquier tipo de situación y resolver con éxito todos los encargos que le han hecho.

Markel y Pablo son dos héroes que recuerdan a los cruzados: su profunda religiosidad, amor a la familia, amigos y compañeros de profesión está fuera de toda duda. “Markel” en vasco significa militar y esa es exactamente la personalidad que definiría a este personaje, un auténtico peón negro, incapaz de desobedecer a su superior jerárquico.

Opinión personal

Tenía ganas de leer una buena historia de género negro, y dando una vuelta por una librería me llamó la atención la gráfica portada de este libro, donde una navaja ensangrentada atravesaba un fajo de billetes. La sinopsis relataba a grandes rasgos una trama donde dos exguardias civiles se dedican a hacer justicia por su cuenta. Esto parecía anunciar una especie de historia de justicieros al estilo de las antiguas películas de Charles Bronson de principios de los 80, pero ambientado dentro de las fronteras del país donde vivo, algo a lo que no estoy acostumbrado ya que este tipo de historias siempre las he enmarcado en los Estados Unidos. He de decir que nada más empezar, leyendo su estupendo prólogo, se disiparon mis dudas: rápidamente tuve la sensación de que iba a leer un gran libro y una vez acabado puedo decir que así ha sido.

Aunque, como ya advierte su autor, los hechos que se narran son puramente ficticios, el texto transmite una gran verosimilitud y realismo, tanto por sus personajes perfectamente perfilados como por su trama bien elaborada, sustentada por una buena puesta en escena y una gran labor de documentación.

La trama avanza de forma lineal, sin giros artificiosos de los que buscan dar un golpe de efecto y, a decir verdad, ni falta que hace. El autor se toma su tiempo desarrollando los acontecimientos, esto no afecta para nada el ritmo, que se sostiene perfectamente sobre unos personajes muy bien construidos y definidos.

El peso de la historia es llevado por Markel, un ex Guardia Civil jubilado anticipadamente, que militó en un grupo operativo del cuerpo armado. Actualmente se ocupa junto con Pablo, su antiguo mentor, de dar cazar a los individuos que merezcan el peso de su particular justicia. La historia arranca cuando Pablo le indica a Markel que tienen un nuevo objetivo. Entonces somos testigos de primera mano de como Markel tiende pausadamente su tela de araña sobre la diana que se han marcado mentor y pupilo, es una gozada como detalla minuciosamente las técnicas y procedimientos utilizados por Pablo y Markel para cumplir su labor.

Mientras el protagonista realiza su trabajo, nos movemos con él por los escenarios que frecuenta, sobre todo por la ciudad de Madrid, que cobra vida propia gracias a las vívidas descripciones de los lugares y a los perspicaces y agudos análisis que realiza el protagonista de las personas que habitan la ciudad y sus costumbres. Todo esto  me ha encantado, ya que convierte a la ciudad en un personaje más, sintiendo como si la recorriéramos con nuestros propios pasos y dotando al texto de una atmósfera urbana que me ha encantado.

Los diálogos son deliciosos y muy elaborados, logrando que queden perfectamente perfilados los personajes, sus roles y sus motivaciones. Sentimos el aprecio que se tienen Markel y Pablo, que más que excompañeros son familia, la camaradería y amistad con sus "hermanos" de profesión. El autor juega con el lenguaje, haciendo que los personajes empleen tanto jerga coloquial como un muy acertado vocabulario profesional (típico del trabajo que desempeñan), dependiendo de la escena que representen. Consigue huir de estereotipos, lo que crea unos personajes muy reales y hace que te creas cada palabra que lees.

Todo esto es coronado con un apoteósico final, donde una trama pausada se acelera, haciendo el autor un juego temporal que aumenta la expectación y quita el aliento.

En definitiva, un gran libro en todos los aspectos. Con una necesaria trama pausada, que recompensa  la paciencia del lector con un logrado final, todo esto es sostenido por unos personajes que resultan verdaderamente creíbles y reales, logrando el autor que se fije la atención sobre ellos y lo que les acontece. Un libro sobresaliente, aguardaré la siguiente novela de este autor con impaciencia.

Agradecimientos a Ediciones Atlantis por el ejemplar para reseña



1 comentario:

  1. ¡Hola!
    Tiene un título ideal para una novela policial. Todavía tengo algunos pendientes dentro de este género por lo que de momento lo dejo, pero seguro que por el título me acuerdo de él.

    Un saludo y gracias por la reseña

    Inma

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